26.12.08

Cuento de navidad... o no

Érase una vez un tímido paseante que recorría el camino de la vida, a veces paseaba por hermosos senderos que recorrían preciosos parajes y otras veces gustaba de escalar escarpadas laderas de montaña en pos de ver todo cuanto acontecía su no establecido camino, gustaba de ver el día y la noche, le encantaba sentir el calor del sol en su rostro tanto como el gélido viento frío azotando su piel las noches de invierno, era capaz de llegar desde lugares totalmente desérticos hasta los mas frondosos bosques llenos de criaturas majestuosas, respetaba todo cuanto tenia ante sus ojos, pues gustaba de disfrutar de los mas insignificantes placeres de la vida, un buen día, mientras estaba parado al borde de un arroyo observando el atardecer, sintió como su cuerpo se estremecía mientras a sus oídos llegaba una mágica melodía proveniente de ningún sitio, y de todos a la vez, sintió un calido y estremecedor escalofrío que le puso los pelos de punta, y empezó a perseguir ese sonido, a medida que avanzaba, el sonido se hacia cada vez mas fuerte en su interior, hasta que un buen día se detuvo, decidió dejar su camino de lado para descubrir que era ese sonido , el día y la noche se fundían con la embelesadora melodía pasando fugazmente ante sus ojos, dejo de sentir el calor del sol y el frío invernal ya no le afectaba, los lugares desérticos se volvieron desolados y en los bosques tan llenos de vida no llegaba a escuchar el canto de los pájaros, solo esa melodía cada vez mas y mas fuerte que en su cabeza resonaba, había perdido el rumbo, no sabia en que lugar se encontraba, y no sabia hacia donde dirigirse para conseguir olvidarla. Así pues un buen día con la melodía aun titilante decidió volver a recorrer su propio camino, inventó una nueva melodía que el mismo silbaba a la par que la otra se iba haciendo cada vez mas y mas tenue, comenzó a trazar su propia ruta, su camino, tarareando los tonos que le hicieron olvidar el día que perdió el rumbo, y aunque aun en alguna clara noche de luna llena, puede sentir retumbando el eco de aquella melodía, el sigue caminando, siguiendo su corazón, sin rumbo en su no establecido camino, sin saber jamás a donde va, disfrutando de nuevo de cada paso recorrido y volviendo a sonreír.


Sin patria ni bandera ahora vivo a mi manera. (Roberto Iniesta - Extremoduro)

"Meri crismas an a japi niu llear" xD