Exteriorizando interiores...
Rojo como el vino de mesa que un buen plato adereza
y espeso cual frondoso bosque en una turbia noche
recorre largos senderos llevando esperanza
y tal vez una pequeña bocanada de aire
para poder insuflar vida a cada uno de los poros
de una sucia y raída piel, carcomida por el tiempo
y por el veneno que poco a poco va royéndola por dentro.
Pasará caminando a través de la lóbrega rivera
deteniéndose a mirar el horizonte
y alzando la vista en la oscuridad
remojará sus cansados pies en el frío arroyo
antes de partir de nuevo a recorrer los caminos
que recorrió ya.
Y volverá a buscar la esperanza en cada recoveco del camino
y seguirá fluyendo en busca de nuevos amaneceres
y volverá de nuevo una y otra vez a visitar aquella rivera
donde solo queda dolor y oscuridad,
para poder intentar reinventarla.
y espeso cual frondoso bosque en una turbia noche
recorre largos senderos llevando esperanza
y tal vez una pequeña bocanada de aire
para poder insuflar vida a cada uno de los poros
de una sucia y raída piel, carcomida por el tiempo
y por el veneno que poco a poco va royéndola por dentro.
Pasará caminando a través de la lóbrega rivera
deteniéndose a mirar el horizonte
y alzando la vista en la oscuridad
remojará sus cansados pies en el frío arroyo
antes de partir de nuevo a recorrer los caminos
que recorrió ya.
Y volverá a buscar la esperanza en cada recoveco del camino
y seguirá fluyendo en busca de nuevos amaneceres
y volverá de nuevo una y otra vez a visitar aquella rivera
donde solo queda dolor y oscuridad,
para poder intentar reinventarla.